La política es una diosa juguetona, o un zorrón como la copa de un pino que en definitiva viene a ser lo mismo. Deja al ser humano regocijarse en las miserias programáticas, se sonríe viéndole actuar en su presunción, en su soberbia, en su egolatría; le ve orgulloso, arrogante, vanidoso y cuando se cansa le da una patada en el culo devolviéndole a lo más profundo del fango mal oliente de su estulticia.
¡Sí, estoy deprimido, que pasa!
Al final todo es
muy sencillo. La política no es la idealización del razonamiento social,
incluso solidario, sino la metodología de una lucha entre diversos grupos
sociales. ¡Por favor, que se dejen de cuentos! Los fascistas se preocupan de que
su grupo heterogéneo imponga su voluntad sobre la sociedad; los conservadores pretenden
hacer valer sus derechos generacionales y su segregación positiva hacia una
parte de la sociedad; los liberales pretenden una sociedad con marcadas
diferencias individuales en función de su cuota de poder, de sus actitudes (sí,
con ce), de su agresividad, y de su falta de solidaridad. Hasta aquí el Partido
Popular. Los socialistas e Izquierda Unida, defienden los intereses de la clase
medía, revistiendo su presunta honorabilidad, con opciones, más o menos drásticas,
hacia la clase más desfavorecida según una u otra sensibilidad política. Hablar
de nacionalistas, es hablar de otro grupo y así sucesivamente con esos partidos
generalistas con obvia falta de ideología, de sentido político, sobredosis de tecnocracia
y falta de humanidad.
Hoy en España se
está destruyendo, no digo que no sea cíclico, la clase media gracias a las políticas
del Partido Popular, imbuido de arrogancia y agresividad en la defensa de “su”
sector social. Se propicia así la fractura social con la clase más
desfavorecida, que se alimenta, cada vez en una mayor inmigración, de la clase
media. En este momento aparece el, vaya usted a saber qué, digamos formación, “Podemos”
que pretende apoyar este sector, trabajando el desánimo y la lógica reacción
del sector a su desesperación, pretendiendo implementar la radical lucha, “guerra”,
de clases. Una nueva imagen para una antiquísima estrategia.
Siempre ha perdurado
en mi prurito existencial aquel poema de Machado:
Todo
pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
El Partido
Socialista (PSOE) e Izquierda Unida (IU) pasan, al menos momentáneamente. No
porque haya ganado el Partido Popular, más quisieran ellos; no por los errores
de los gobiernos socialistas ni por la errática, y propagandista, actitud
contestataria al PSOE de IU, sino porque ha perdido la clase media, nuestra
clase. Provisionalmente, sí, pero sine
díe, también.
¡Pero bueno!, de
este escrito a tomarme un lexatin (¡que coño pijerias: un porro!), queda poco,
así que añadiendo algo de la cosecha de Serrat, yo seguiré golpe a golpe, verso a verso.