martes, 17 de abril de 2007

Coches con nostalgia





El viaje, la excursión, no es el principio y el fin de la actividad. Si bien es cierto que es el estadio nuclear de todo un pasatiempo, existen otros dos que, con mayor o menor importancia para el actor, son intrínsecos al principal. Me refiero a los preparativos y las conclusiones. Los preparativos, para mí algo fundamental, consiste en realizar aquellas múltiples tareas que de alguna forma definen nuestro viaje y lo hace verdaderamente nuestro, personal; en mi caso recopilo planos, documentación bibliográfica y, sobre todo, preparo mi coche y mi equipo fotográfico. En cuanto a las conclusiones, pues ya veis, el trabajo de contároslo en mi caso, el de recordarlo, dar la lata en el trabajo con las fotos del viaje, quitar el polvo a los recuerdos, etc, son también muy típicas.


Alguna vez podría plantearme en cual de esos tres estadios disfruto más, incluso el que más tiempo conlleva, pero lo que es incontestable es que, para mí, uno es inherente a los otro, hasta la sinergia de todos ellos.

Como ya he contado, en las excursiones de regular calado (Madrid, España, Portugal), el coche es uno de los elementos con los que más disfruto, pues lo he elegido no como medio de transporte, capaz de llevarte del punto A al punto B sin más, sino como elemento de inclusión, de herramienta del propio viaje. Es, por tanto, un elemento muy especial que, como la cámara fotográfica, no sólo repercute antes, durante y después de la actividad, sino que, además, es tratable de forma autónoma a una excursión determinada. Cotillear revistas automovilísticas, web y foros, catálogos, etc. (así como sus homólogos para la fotografía), es una labor que no está ligada expresamente a una excursión pero sí es una actuación colateral.
El pasado día 15 de abril de 2007, como cada tercer domingo de mes, se celebró el “Mercadillo del coche antiguo”, en el pueblo de Villaviciosa de Odón (a 23 kilómetros de Madrid), que, por lo que se ve, a partir de ahora, también será de motos. Como se puede comprender para los que tenemos la percepción del coche, o de la moto, que antes os he confesado, el evento es cita obligada. Coches y motos antiguos, o no tanto, históricos, entrañables, raros, tuneados, coches con “glamour”, … ; coches para todos los gustos, para todas las sensibilidades, para todas las utilidades; para todos y para todas.
El día fue soleado y los coches, como patenas, refulgían al sol desde las llantas hasta los goznes de la batería. Muestra todo ello de un relación hombre-coche tomado como elemento social que desde su nacimiento traspaso, para muchos, la naturaleza de objeto de consumo.
El “Mercadillo del coche antiguo”, no parece, puede que me equivoque, el esfuerzo de una organización, o al menos parece que así no se quiere mostrar, sino el esfuerzo de un grupo de personas decididas, que, aún cuando su pasatiempo principal no es el mismo que el mío, en un punto determinado confluyen, beneficiando mi propia actividad. Es cabal agradecérselo.
Yo era la primera vez que iba, llevan ya dos años, pero volveré, por supuesto.