miércoles, 6 de noviembre de 2013

Página web


Según mi parecer, la página Web debería tener, sobre todo, un objetivo último, mantener el posicionamiento de los ciudadanos (militantes, simpatizantes, posibles votantes) cerca de la esfera socialista local. Además es una herramienta que, por su posible difusión y poder mediático, se sitúa, si se maneja correctamente, en la vanguardia de nuestra acción divulgativa; ello sin desmerecer otros flancos como la acción directa con los ciudadanos, nuestro prestigio con el Grupo Municipal, nuestros panfletos, etc.

La capacidad de fidelizar a un colectivo de vecinos  entre las líneas de nuestra Web, es nuestra posibilidad de retener el voto local, es nuestra posibilidad de retener con nuestros mensajes a aquellos que tienen en sus manos la voluntad de las urnas municipales.

Todos sabemos que las posibilidades en nuestro municipio son muy limitadas. Pero no estamos aquí para lanzar mensajes derrotistas ni acurrucarnos en el relajado sopor de impotencia, sino para implementar todas aquellas herramientas, estrategias y funcionalidades capaces, tanto de zaherir el cuerpo volumétrico de nuestro rival político, como para evitar que otros espacios políticos ocupen el nuestro y se hagan cargo de nuestras responsabilidades.

Yo no soy escritor, ni periodista, ni maestro. He empleado para haceros una pregunta dieciséis líneas, ciento ochenta y tres palabras, mil veintiséis caracteres. Os podría haber dicho: “La página Web es muy importante para que la gente nos conozca”;  una línea, doce palabras, cincuenta caracteres. La pregunta es: ¿estáis de acuerdo en la importancia que tiene para el mensaje su presentación?

Si vuestra respuesta es sí, cabría asegurarse de que ese mensaje llegue a la mayor cantidad posible de gente de forma global, regular y cómoda, y, a mí, no me cabe duda de que la única herramienta que es capaz de concentrar las tres cualidades es la página Web.

Hasta aquí es lo que yo doy de sí, ahora os corresponde a vosotros contestaros a la pregunta de si lo antedicho es correcto, si os lo creéis, o no, y si merece la pena invertir una pequeña parte, más, de esfuerzo en posibilitarlo.

¿Juego con la ventaja del inductor argumental?, quizás sí. Quizás vuestra contestación haya sido inmediatamente inducida por mí y después de haber recibido la respuesta satisfactoria nos juntemos todos en un éter místico, cantemos alabanzas y …, lo dejemos todo como está. Eso u os explico el mensaje que propongo y vosotros aceptáis o no.

Nuestra capacidad política se ha visto absolutamente mermada en todos los niveles nucleares de la acción. Municipal, regional, federal y europeo, nuestra capacidad de desarrollo político casi ha quedado imposibilitado. Pero no culpemos de ello exclusivamente a nuestros propios errores, pues la ola antipolíticos arrasa nuestra sociedad. ¿Cómo recuperar nuestro mensaje? Creo que dando al ciudadano, no lo que quiere oír (demagogia), sino lo que quiere sentir (ideales).

Me reafirmo en la idea de que los partidos políticos se encuentran ante una bifurcación del camino. Uno rápido, el de la demagogia; otro lento, el de la lealtad al sistema político. Yo elijo este último por honorabilidad y porque creo que, en el fondo, eso será lo que admire el ciudadano.