martes, 15 de julio de 2014

Aires nuevos para un viejo sueño: socialismo


Pasadas las elecciones a Secretario General del Partido Socialista Obrero Español de 13 de julio de 2014, las primeras en la historia del partido que los militantes eligieron por sufragio universal a su Secretario General, los socialistas volvemos a tener esperanzas en liberar a la política, en general, de las viejas mañas que la han polucionado. No sé en que se basan esas esperanzas, porque por muy buenas palabras que ahora se nos digan, no podemos olvidar que la mayoría de las veces sólo han sido cantos de sirena que nos atraían, contentados ya, a las mismas malas mañas.

            Sin embargo, esta vez nos encontramos con una diferencia, y es que la sociedad ha obligado a nuestro partido a cambiar, a reaccionar ante el clamor de los ciudadanos, y los militantes, que somos parte de esa ciudadanía, hemos canalizado hacia nuestra estructura política, al llamado aparato, ese clamor. Y eso tiene una lectura. Una única lectura: nuestro partido vuelve a construirse desde abajo hacia arriba.

            Hemos empezado por la cota más alta de la estructura política, pero ahí no nos podemos quedar porque podríamos volver a escuchar el canto de esas sirenas capaces de devorar nuestro partido. Debemos de trasladar ese empuje a cada una de nuestras agrupaciones. En los pueblos y en las ciudades, los militantes deben abandonar su pasividad, su segundo plano y ocupar su lugar principal, un lugar de  interrelación de su agrupación, con sus compañeros, con la Comisión Ejecutiva. Una Comisión Ejecutiva diseñada como base de expectativas, iniciativas, compromiso, crítica y salvaguardia de los militantes con las políticas federales o regionales. Una Comisión Ejecutiva capaz de motivar a los militantes, formarlos, unirlos y no estigmatizarlos en función de su empatía con los distintos grupos de trabajo o secretarios generales; Una Comisión Ejecutiva que, en definitiva, haga sobresaliente lo que es sobresaliente e ilusionante lo que es ilusionante: el socialismo español.

lunes, 14 de julio de 2014

Elecciones delegados al congreso PSM 2014


El diccionario de la Real Academia de la Lengua, define como “soterrar”, “esconder o guardar algo de forma que no aparezca”, luego, de improviso, siempre aparece, ¡siempre!. Ya sé que la palabra “emboscado” nada tiene que ver con la anterior, pues su definición es “poner encubierta una partida de gente para una operación militar” y “entrarse u ocultarse entre el ramaje”, pero he aquí que hoy no dejo de darle vueltas a su posible homología.

            A mí, me pareció perturbador que, en las elecciones de ayer, 13 de julio de 2014, para elegir delegados en el próximo congreso del PSM, apareciera una lista alternativa a la única que, hasta el último momento, se había presentado. No por el hecho de que se presentara, ojala se hubieran presentado por lo menos seis, sino por el hecho, en sí, de que por una parte y por otra, no hubiese habido el suficiente diálogo para conocer, primero la existencia de esas sensibilidades alternativas y, segundo, para dársela a conocer al resto de militantes y que su elección fuese realmente posible con un mínimo de reflexión. De ello, yo, como miembro de la comisión ejecutiva debo autoinculparme de este criticable hecho en la parte que a los “organizadores” nos corresponde, eso sí minimizada por la puesta en nuestro conocimiento in extremis. Estoy convencido de que, de esta disfunción todos somos conscientes y a partir de este momento, con el aporte de la imprescindible información previa por la otra parte, no se repetirá más.

            Pero siguiendo escarbando en el asunto, por aquello de “inquirir curiosamente lo que está algo encubierto y oculto, hasta averiguarlo” me preocupa la cuestión de por qué no se da a conocer, por aquellos que tuvieron la iniciativa, sin ambigüedad y con la deseable anticipación, las razones de esa alternativa, máxime cuando hubo una pregunta directa a uno de los miembros de la citada lista, que hice yo mismo, y se contestó con un “alguna diferencia habrá cuando existe”. Poco ejercicio de trasparencia, que tanto se invocó por el aludido durante buena parte de la jornada, cuando ella la circunscribe a esa frase.

            Todo militante sabe, a poco que conozca el funcionamiento de su partido, quienes y cómo se promueve la lista de delegados propuesta por la Comisión Ejecutiva, en ella se designó, en una de las reunión periódicas, como representantes al Secretario General y a la Secretaria de Organización, ¿es obvio, no?, por su naturaleza, es la representación oficial. Poco se puede explicar de esa designación no ideológica sino de representatividad, pero ¿quién o quienes fueron los promotores de la segunda lista?, ¿en que reunión, cuya realización no se publicitó, se planificó esa lista?, ¿Cuáles son las motivaciones de esa disidencia que difiere de una simple representación orgánica?

            ¡Qué aburrida es la política!. Está claro que nos pasamos la vida viajando. Lo malo es que siempre hacemos el mismo trayecto, el de Málaga a Malagón; ¿será porque implementamos las mismas soluciones a problemas viejos?, ¿será por una sempiterna lucha cainita por el liderazgo?.

Tan necesario es solucionar los problemas del pueblo, que en ello trabaja el Grupo, como los problemas de la Agrupación y eso es cosa de la Comisión Ejecutiva.

miércoles, 9 de julio de 2014

Agresión sindical


Vivimos unos momentos socialmente convulsos. Convulsos porque una parte minoritaria de la sociedad, aquella que detenta el poder sobre la mayoría, posee unas herramientas, legítimamente adquiridas pero ilegítimamente utilizadas, para anteponer sus intereses en la sociedad que todos formamos. Convulsos, al fin, porque, como si de un principio físico se tratase, toda acción por parte de ese sector, requiere de una reacción por parte del otro, del nuestro.

La patronal, privada o pública, y su herramienta política, el Partido Popular, tejen, sin ningún escrúpulo, una sociedad insolidaria, agresiva, competitiva e injusta, basada en la fuerza, en el poder, en la capacidad para ningunear, si no doblegar, al otro.

La agresión personal que estamos sufriendo los trabajadores públicos durante el totalitarismo del Partido Popular es el síntoma de un proceso de saqueo de los derechos de esos trabajadores y de su honorabilidad ante la ciudadanía. Acción que requiere de la reacción necesaria para contrapesarla.

Hoy en día, hemos dejado de ser trabajadores públicos al uso para convertirnos en garantes del sector público que el gobierno liberal quiere arrebatar, no ya a sus trabajadores, sino a toda la ciudadanía (y sí, volvemos a hablar de hospitales, de escuelas, de servicios sociales, de un largo etcétera y, desde luego, de centros penitenciarios).

El Partido Popular se ha puesto frente a los trabajadores y debemos de elegir entre esperar agazapados en nuestros cubículos sus agresiones u oponernos frontalmente a ellos. Y hay que hacerlo ¡ya!, porque una vez que nos han sometido, ahora quieren destruir la única herramienta que es capaz de hacerles frente, el sindicalismo.

Han denostado al sindicalismo como nos denostaron a los trabajadores públicos hace un par de años. Lo hacen desde sus voceros mediáticos, desde sus políticos más radicales y desde sus seguidores emboscados dentro del colectivo. ¡Y ha calado en toda la sociedad!. Pero también, y desde el otro frente, cala en la sociedad la necesidad de cambio y de regeneración.  Esa sociedad conoce que nuestra única defensa laboral está en el sindicalismo porque no hay otra cosa. Un sindicalismo que ha cometido muchos errores, incluso felonías, y al que hoy se le exige que el mismo también se regenere, para resurgir de sus cenizas, purgarse y luchar, luchar y luchar por los funcionarios y por los ciudadanos, por lo público y por lo privado.

El sindicato UGT es un sindicato de clase formado por trabajadoras y trabajadores, no tiene que ser un “aparato”, ni una empresa de seguros, ni un servicio. UGT, eres tú, sólo tú y tus ideas progresistas, y tus ideas sociales, y tus ideas humanitarias. ¡Adelante, da ese paso, lucha!.

Salud compañer@s


Sí, por qué no saludar así. ¿Por qué no decir lo que realmente somos y sentimos?. ¿Por qué perdernos en amb i g ü e d a d es p o l í t i c ame n t e correctas?. Somos un sindicato de clase y en este panfletillo que ahora ponemos en tus manos queremos transmitiros quienes somos, lo que hacemos y por qué lo hacemos.

Esta es la razón de ser de este trabajo que hoy empezamos.

Lo empezamos un grupo de compañeros desde un centro penitenciario, hábitat natural del funcionario de prisiones, con los recursos más garantistas: trabajo, voluntad e ideología, nada más, nada menos. Por tanto, no podemos presentaros maravillosas revistas a todo color en papel de primera calidad.

Ni tenemos dinero ni queremos el de promotores adinerados y emboscados.

Y el por qué lo hacemos debería de estar ya claro. Todos sabéis lo que nosotros somos, no lo ocultamos tras unas siglas inocuas, y estamos orgullosos de serlo. Por eso queremos compartirlo. Es así de sencillito, está así de clarito.

Sí queréis participar, si queréis conocernos, si queréis aproximaros a nosotros, tenéis el correo electrónico; si no romped el panfleto mientras os expresáis libremente. Por nuestra parte, para unos y para otros: ¡Salud, compañer@s!