sábado, 31 de diciembre de 2011

Agrupaciones

Para cada militante una Agrupación es un concepto distinto. Como también lo es el propio partido. Somos seres humanos cuya capacidad de abstracción impide, afortunadamente, la uniformidad que otros animales comparten en sus vivencias.
Para mí una agrupación es un premio. Premio al trabajo, al tesón, al empecinamiento ideológico. Es el lugar donde se juntan los compañeros que aportan sus distintos puntos de vista y sobre los cuales se hacen los oportunos debates para dirimir la acción optima para progresar ideológicamente en el entorno. Es el lugar donde se forman políticamente los militantes, y el lugar donde buscan cobijo los necesitados de algún tipo de apoyo político.
Una agrupación es el faro ideológico de una comunidad, asentada territorialmente o sectorialmente. Es un ejemplo para allegados y para terceros. Es la garantía de que alguien te escucha y el sitio donde encontrar respuestas.
Pero ese faro, ese ejemplo, no viene implícito en la apertura de esa agrupación, sino que dado que está formada por personas, es el talante de todos y cada uno de los militantes que la componen la que la constituyen. Por eso, entiendo, que deben de existir la motivación necesaria y suficiente para que los militantes puedan desarrollarse libremente y organizar la acción política, pero también para poner coto a individuos disonantes de esa acción que por su personalidad oportunista, ególatra, conspiratoria o improductiva, anteponen sus proyectos personales apoyándose, o incluso a costa, en los colectivos.
Dado mi concepto de agrupación, no dudo en que la funcionalidad de las agrupaciones debería de ser controlada por el PSM, manteniéndose o no según los beneficios que aporte al partido, ya que su existencia sólo tiene significado si se basa en el partido.
La pregunta es: ¿Pasarían algunas agrupaciones este tamiz?.

martes, 29 de noviembre de 2011

Primarias

Me considero una persona dinámica. Quiero decir que no me gusta quedarme parado a que pase el chaparrón, que soy de los que corren hacia el final de la nube. Y cuando esa nube simboliza las elecciones generales del 20 de noviembre, aún corro más.

El PSOE se encuentra ante el dilema de quien será el Portavoz del Grupo Parlamentario. Esto, en principio, hay a quien le puede parecer una obviedad, sin embargo esa persona no cuenta con que, tradicionalmente, el Portavoz suele coincidir con el Secretario General. Encima hay que darse prisa en la elección porque existen materias de índole parlamentaria que hay que empezar a gestionar.

Por tanto nos encontramos con la primera cuestión: ¿debemos seguir la tradición hasta hacerla norma, o debemos implicarnos en la fórmula de segregación capital entre Partido y Grupo?. Una de las opciones es de uniformidad, otra es de consenso; una se caracteriza por la coherencia de la acción pero se desgasta con la frustración de los disidentes, la otra se enriquece con la pluralidad pero necesita de más recursos pues es mucho más elaborada. De ello se derivan las características personales que cumplen los responsables de ambas configuraciones, en la primera encaja el individualista y en la segunda el colectivista, el conservador y el innovador, el garante personal y el garantizado por las circunstancias.

A raíz de lo antedicho queda por contrastar la configuración del partido con el momento sociopolítico que vivimos. A mí, personalmente, me pesa la losa de aquellas personas que se acercaron a movimientos como el de los indignados, la losa de las encuestas sobre la popularidad de los políticos, o de los comentarios a pie de calle. Todas esas manifestaciones públicas, asumidas por gran parte de los ciudadanos, están encaminadas a buscar algo perdido. Lo malo es que lo hemos perdido nosotros que nos hemos afanado, como garantía de autodefensa, en cimentar el aparato del partido, muy proclive a la uniformidad, y, lo hemos hecho incomprensible para el ciudadano.

Hay una quiebra, y absurdo es negarlo, entre el Partido Socialista, la clase obrera y la clase burguesa que ideológicamente le sustenta, y esa clase obrera y burguesa se encuentra en la tesitura de buscar nuevos apoyos hechos a su imagen y semejanza y no a imagen y semejanza de una “marca” (así califican algunos al acrónimo PSOE) multinacional de gestión de derechos sociales.

Hablar de castigo de los votantes es hablar con palabras huecas. El propósito de enmienda es una fórmula utilizada por los sacerdotes, para perdonar las maldades de sus acólitos y que se vayan tan tranquilos. Nosotros tenemos que hablar de replanteamiento, y de replanteamiento en profundidad. No podemos seguir operando desde detrás de suntuosos edificios, ni de coches oficiales, ni de una legión de asesores, porque somos el partido del pueblo, y ese pueblo no concibe ni esos elementos materiales, ni estructuras orgánicas que eleven el estatus del aparato hasta un nivel que su oído esté demasiado arriba como para escuchar la voz de los de abajo.

En el PSOE, Todos somos de abajo, desde Zapatero hasta mí. Y es ahí donde debemos vernos, es ahí donde deben elegirse las políticas, es desde ahí desde donde deben elegirse los representantes. Por eso creo en las primarias. Creo en ellas no como elemento de confrontación entre tesis o entre personas, sino en lugar de corresponsabilización con las políticas planificadas, dónde elegir el modelo de partido que ha de superar este cisma que impide la vinculación con nuestra naturaleza, e impulsarlo desde abajo para que llegue arriba dentro de cuatro años.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Crónica de un pleno (25 de noviembre de 2011)


Para alguien que lleva durante toda la legislatura asistiendo a los plenos, el de hoy viene a demostrar el empeño de todos los grupos en ocupar posiciones estratégicas capaces de desarticular el apoyo que los votantes han dado a los rivales. No se trata de recrear una corporación pacífica, construida cualitativa y cuantitativamente con resignación inmovilista. Ya no nos encontramos en un escenario educado, comprensivo, amistoso, de alguna forma institucionalizado con la naturaleza anacrónica como una más de sus instituciones locales en el que los elegidos se emplean más o menos a fondo en “asuntos de políticos”. Nos encontramos en una lucha sin cuartel donde un grupo intenta desenmascarar al otro y mostrar a la ciudadanía la verdadera faz de su contrario, porque ahora sí, dejémonos de sutil circunloquio, entre las paredes del Ayuntamiento se encuentra un verdadero campo de batalla sino ideológico -ya que dos de esos grupos, por antecedentes, por nacimiento y por trayectoria, carecen de ella- sí, al menos, político.

Dentro de esa lucha se evidencia quienes son los verdaderos contendientes, por encima de las muy buenas cualidades oratorias del portavoz de IU, por encima de los vaivenes sin posicionamiento trasparente de UPyD, o por encima de la vendida voluntad del PPVO, los verdaderos contendientes, entre ellos mismos reconocidos, se posicionan a cara de perro unos frente a otro y tanto unos como otros se emplean con saña, obviando, y en algún caso negando la presencia de los otros tres, a los que perceptiblemente se les trata, en mayor o menor medida, como lo que son, invitados de la crisis, invitados de la desinformación, invitados de la decepción, invitados, en definitiva, de los votantes.
Hoy es palmario un antes y un después, ante el comprensible horror del PP, ante la frustración de UPyD que no termina de ver el fácil acomodo de su demagogia y ante la absoluta motivación de PSOE e IU. La buena educación de niños de pantalón corto, chaqueta y corbata, la “España de camisa blanca”, ha dado paso a la lucha legítima de la ideología en democracia.



 Y, en esa conflictividad, el PSOE, independientemente de otras intervenciones cuyo vencedor queda a juicio de los especuladores, ha obligado a posicionarse al PP en contra de una moción contra la violencia de género que momentos más tarde, cínicamente, aplaudían los populares en la plaza del pueblo de cara al electorado.  Los socialistas, que tan sólo proponían compromiso de mantenimiento de políticas activas en la lucha contra  la violencia de género, demostraron que a los liberales les importa más no contrariar a Esperanza Aguirre que las víctimas. Luego surgieron otros altercados, otros enfrentamientos, pero esta moción dejo al PP en evidencia.
Hoy es un gran día, hemos abandonado el ostracismo de la política en Villaviciosa de Odón.

jueves, 24 de noviembre de 2011

¡Pues va a ser que no!




Uno, bicho raro donde los haya, socialista y convencido de que se ha cometido una injusticia con la crítica de la gestión del Presidente del Gobierno Sr. Rodríguez Zapatero, creía, tonto de mí, que mis compatriotas se iban a echar las manos a la cabeza por lo que habían hecho instantes después de depositar su voto liberal en la urna. Y no. No ha sido así.

Todavía no ha tomado posesión el Sr. Rajoy, cuando ya se percibe el futuro para aquellas personas que dependen de un sueldo, ya las comunidades autónomas se hacen eco de los devaneos liberales, ya se amenaza a funcionarios, pensionistas, dependientes, escolares, docentes, sanitarios. Tarde para rectificar los votantes, los líderes del PP callan y se hacen los esquivos para no explicar cuales son sus milagrosas recetas para sacarnos del descalabro económico que creo el sistema liberal americano, esas explicaciones que no dieron cuando debían con el beneplácito de los votantes, antes de las elecciones. Sólo gracias a los ansiosos mercaderes que exigen explicaciones o le dictan al presunto líder liberal lo que debe de hacer. Sin embargo en las calles no se aprecia reacción de frustración. Parece que en este país los toreros votan a la Liga Antitaurina. Somos así de quijotes.

El Estado es el problema

lunes, 21 de noviembre de 2011

El poso de la derrota

Ayer sucumbimos ante una nueva derrota. La más contundente de todas las que hemos tenido. Una derrota que nos ha dejado sin aliento, de la que nos cuesta incluso lamernos las heridas.


Miramos con temor a nuestros adversarios, prestos como siempre a degollar heridos, miramos con resentimiento a los ciudadanos que nos han mandado de un plumazo a lo más hondo del pozo de los sacrificios; y miramos con inquina a nuestros propios compañeros a los que nuestra tozudez, nuestra arrogancia, les hace culpables, por omisión o traición, de nuestra caída. Viejas recetas para curar las heridas de nuevas derrotas.

¿Qué sacamos en claro de la plañidera receta? Con más o menos razón en los argumentos que podamos apostillar contra el modus operandi del contrario, contra la incomprensión de los votantes o contra la actitud de nuestros compañeros, ¿a qué nos conduce autojustificarnos? ¿Necesitamos lamernos las heridas o reorganizar nuestra lucha?

Mi opción ante la alternativa es la reorganización. Y, ante esa decisión, cabría preguntarse qué se pretende: ganar o defender. ¡Ojo!, ganar electoralmente como fin, como sedimento del aparato y de sus actores; o retrotraernos a nuestra ideología como cimiento de la reinvención de nuestra lucha por la defensa de nuestra opción política.

En este batallar de los últimos cuatro años nos han infligido multitud de heridas. Pero ninguna ha sido tan grave, tan desgarradora, como la incomprensión de los ciudadanos, los insultos, la desacreditación permanente. La pregunta es: ¿nos la merecemos?. Pues sí, creo que sí, porque por encima de los juicios de valor personales, del talante crítico de barra de bar de nuestros conciudadanos, del aparato divulgativo de nuestro adversario, me parece que hemos roto el cordón umbilical entre el partido y la clase desfavorecida, clase trabajadora y la clase burguesa a la que pretendemos defender del yugo del capitalismo, del yugo del tanto tienes, tanto vales. Quizás no hayamos abandonado políticas sociales, quizás no hayamos luchado en pro de la sostenibilidad de una España financieramente atacada por la especulación mercantilista, pero sí existe la percepción de que se ha hecho desde una marca empresarial gestora del bien publico (ahora, incomprensiblemente para mí, se le llama marca a los partidos políticos, como si fabricasen inodoros sociales), y no como una organización de alma política.

A partir de ese SÍ, “SÍ” doloroso, “SÍ” humillante, nos encontramos con un “SÍ” revolucionario, con un “SÍ” valiente, con un “SÍ” constructivo, un “SÍ” de fuerza. El “SÍ” de la defensa de nuestra ideología, de nuestro partido y de lo que representamos.

“SÍ” mortificante, por cuanto conlleva la amputación de órganos gangrenados hace tiempo, conlleva el análisis y el reconocimiento de nuestras propias incompetencias, conlleva desnudar nuestra actuación para diseccionarla y reconstruirla y, sobre todo, conlleva negar nuestra naturaleza humana propensa a la autodefensa a ultranza del ego individual.

Creo en un trabajo de titanes, un trabajo de héroes, para volver a entroncarnos en los ciento treinta y cinco años de historia, de esa historia sin coches oficiales, sin estatus quo, sin carteras oficiales, sin carreras administrativas personales, sin el “yo” por encima de socialismo. Ese entronque que nos demandan, por esa perdida que lloran y nos escupen a la cara los ciudadanos, los desfavorecidos, las compañeras y compañeros trabajadores, las ciudadanas y ciudadanos subyugados por hipotecas, por problemas en sus pequeñas empresas donde ejercen de trabajadores temporales. Os propongo ilusión por luchar codo con codo con el compañero, priorizándole a él antes que a ti mismo, priorizando a la Agrupación y al Partido por encima de tus reivindicaciones personales. Os propongo sacrificio, os propongo socialismo, y os propongo que lo hagamos desde aquí abajo para que llegue allá arriba.

Hoy es lunes compañeros, hoy nuestra agrupación está abierta a las 19:30. También lo estará el próximo lunes, y el siguiente, y el siguiente. Es el núcleo socialista de Villaviciosa de Odón dónde, si queremos, empieza la nueva batalla.

Salud.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Mala ley

Me escuecen los ojos de mirar por barlovento.
No puedo dejar de mirarlos, soberbios, agresivos, pero incapaces de izar la bandera que distingue la realidad de su esencia, su maligna realidad. Por encima de ellos se oculta el sol, pero no habrá tregua durante la larga noche que ya nos empieza a envolver, ni la esperamos. Por sotavento, faluchos destartalados, botados a todo correr desde la costa, nos acosan pensando en el botín, pobre botín, que quieren rapiñar. Mala posición la nuestra, entre la espada y la pared.

Corre el rumor, por los voceros de mal augurio, que toca abandonar el barco. Eso a nosotros, a los de aquí, se nos da muy bien; tanto que muchas veces admiro a los del otro barco, ese barco que, sobre su inconsistente quilla, es mantenido por sus tripulantes, sus pasajeros y las autoridades portuarias con tesón, con virulencia y, sobre todo, con lealtad, mientras nosotros los dejamos hacer ensimismados en bobalicona expresión.

Personalmente, los que más me constriñe el ánimo de todo esto, son las actitudes de algunos de los que me rodean. Sobre todo de esos que cuando ven llegar el agua a los tobillos, y con más razón a la cintura, gimotean entre las cuadernas, y cogen hachas, trinquetes y mazas para descargar sus  píos dogmatismos, redentores del buen camino hasta hoy olvidado, abriendo vías en la amura de sotavento, mientras otros hacen señas desde la cofia de la mayor para señalar a los de enfrente el camino hacia el que hay que dirigir las andanadas. ¡De verdad, que envidia! No de estos claro, de los otros.

A un marino no se le distingue de cualquier otro holgazán cuando, fondeado su barco en la ensenada, se harta de mal vino y peor compañía en una choza del arrabal, ni entre bravuconadas de medio pelo con la baraja en una mano y la de siete muelles en la otra, sino cuando mira con ojos serenos los imbornales henchidos de agua incapaces de achicar.

¡Pero bueno! Eso es lo que hay, no soy yo quien para enmendar planas a nadie, el contramaestre llama a cubierta con avios de combate y, puestos a pintar en vastos, ¡sea!.

jueves, 26 de mayo de 2011

De la dignidad y el digno

No puedo por menos que emocionarme ante la generosidad de las personas. Esa generosidad que me afianza en mi respeto por la política y por los políticos incluso en un momento en el que estamos viendo como prolifera la costumbre de arrojar basura propia sobre un grupo de personas que pretenden dedicarse a coordinar un proyecto, que es lo que es un estado, dirigiéndolo en base a su ideología.


Se puede ser conservador o progresista; nacional, federal o nacionalista; se puede ser monárquico o republicano. Se puede ser lo que se quiera en política, siempre y cuando se sea honrado, ecuánime y generoso. Este triplete de cualidades define un político, ya que es su síntesis. Todo lo demás se puede recibir de elementos externos, tales como equipos de trabajo o delegaciones, pero esa terna constituye su esencia.

He tenido las suficientes experiencias de compañeros que han decidido priorizar al Partido por encima de sus intereses. Independientemente de cuales fueran los motivos, estos no fueron capaces de ser minorados por reconocimientos personales, civiles o institucionales.

En el mundo de la política cabemos todos, pero sólo algunos pocos, aquellos que sufren injustamente los descalificativos de la gente tribal que hablan por boca de otros, en lugar de ser capaces y lo suficientemente valientes de amparar a sus políticos distinguiéndoles sobre los indignos mercenarios de sus propios intereses, merecen ser calificados como tales.

Hoy quiero dar las gracias a mi compañera Carmen. A Carmen y a aquellos otros compañeros que conozco, o que no, que un día, con lágrimas en los ojos, se negaron así mismos lo que le dieron al Partido. A mi partido.

¡Salud compañera!

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martes, 24 de mayo de 2011

Ignominia socialista

El Gobierno socialista de la legislatura 2008-2012, erró a la hora de prevenir la crisis. Es un hecho.


Después reaccionó e incentivó medidas correctores en el sector de la construcción (primer Plan E), incentivó el sector II+D+i y gasto corriente (segundo Plan E), incentivó la industria automovilística, incentivó mercado tecnológico e incentivo económicamente el pago de deudas locales a los acreedores (Plan de Saneamiento Económico), entre tanto adoptó otras medidas de menor calado para protección económica de la propia Tesorería General y protección económica. Por otro lado implementó las medidas que fueron valoradas por muchos como contrarias a los intereses, a plazo inmediato de los trabajadores, y otros pensamos que fueron protectoras de esos intereses a largo plazo.

El pasado día 22, aunque las elecciones no implicaban al gobierno del Estado, los electores valoraron negativamente esa actuación y castigaron, a nivel local y autónomo, a los representantes socialistas.

Durante ese mismo periodo de tiempo ha aflorado en el seno del Partido Popular una trama corrupta de amplísimo entramado (casi toda España), gastos superfluos en las administraciones populares, falta de políticas activas de empleo y sociales, tramas conspiratorias y de espionaje.

Ese mismo día 22, por lo que se ve, los electores respaldaron las políticas del Partido Popular.

Como conclusión en las próximas elecciones en lugar de hacer campaña electoral, los socialistas deberían coger unas vacaciones en Sierra Morena.

lunes, 23 de mayo de 2011

Elecciones municipales y autonómicas del 2011

Caras largas, corazón encogido, y un futuro por delante.


Ayer, 22 de mayo de 2011, día de elecciones municipales y autonómicas, nuestra formación cayó entre el empuje de fuerzas emergentes y el muro megalítico del PP; y con ella se borró la mancha roja sobre el mapa de España y afloró la mancha azul. Ayer el PSOE perdió las elecciones.

¡Pero un ejército perdedor no es un ejército derrotado! Un ejército perdedor es el que ha de replegarse, el que ha de autoevaluarse y el que ha de salir, mediante la autocrítica y el análisis, de la trampa en la que ha caído. Visto así, el problema no es que nos han vencido, sino si seremos capaces, si seremos aptos, para resurgir.

Nuestro problema no es el PP, nuestro problema es aquellos partidos que nos quieren robar nuestra identidad de izquierdas, y nuestra posición de alternancia con el PP; y el de aquellos compañeros que juegan con reglas manidas y esquivas al vanguardismo. Reglas que nos aducen en los dictados del mercado y sus aliados gestores. Somos políticos, somos de izquierda, y nuestro lugar esta dentro del tejido social de la comunidad, no replegados en nuestra Agrupación esperando que lleguen las elecciones para materializar un programa de gestión de recursos, ni puntualizando o perfeccionando, en el Grupo Municipal, las iniciativas que tienen otros para mayor acierto de la gestión, la gestión de esos otros.

No. No estoy ni deprimido ni asustado, porque sé que hay un camino de salida. Lo que estoy es preocupado por si seremos capaces de tomarlo.

miércoles, 13 de abril de 2011

El Cornetín

Son las ocho horas en punto de la mañana. Estoy sentado desde hace media hora ante mi ordenador, a medio camino entre la ojeada a la prensa digital y las primeras acciones para empezar a despachar las tareas en las que he trabajar. Comienza mi jornada de trabajo de hoy, que no es sino un día cualquiera de los tantos días laborales que he llevado, y llevaré, a mis espaldas.

Con las ventanas abiertas, intentando ventilar la oficina para librarla de la atmósfera viciada que se ha asentado durante la noche, oigo la corneta del cuartel que está en la Plaza de La Cibeles. El toque metálico que ha permanecido inalterable durante décadas, durante lustros, apenas si se deja oír sobre el ruido del tráfico, pero se muestra desafiante en su anacronismo con respecto a la escena vertiginosa, trepidante, un tanto soberbia, de la actividad ciudadana que se desarrolla a su alrededor.

Esa corneta muestra una España que no es la mía; es la España de superstición e intolerancia, la España que huele a naftalina y a enagua de vieja; a incienso y cera quemada; a banderita, “caídos por Dios y la Patria”, honor del macho y rigor de la hembra.

Esa corneta inadecuada en la lucha contra los incendios gallegos, inadecuada en el reparto de alimentos en Haití, inadecuada en la pacificación de Libia o Servia, inadecuada en el marco asesor en Sudamérica, inadecuada en el rescate de siniestros en la alta montaña y en el profundo mar, en la protección y seguridad de las personas en costas remotas, se pinta retrograda y arrogante en la Plaza de la Cibeles de Madrid.

Soberbia me dice: ¡Estoy aquí!. Sí, yo y lo que represento. Bajo la pátina pigmentada a burdos brochazos de efectividad, de humanidad, de profesionalidad, ¡sigo aquí!. Seguimos juntos desde que nos conocimos cuando tú todavía eras un niño. Nunca dejaré que me olvides.

jueves, 7 de abril de 2011

La España mandinga

Cada uno tiene su propia intencionalidad a la hora de asumir responsabilidades políticas, esas responsabilidades que no te convierten en político pero que sí te hacen actor, aunque sea en papel secundario, de un proyecto ideológico o de gestión.


Yo sólo contemplo la gestión desde la perspectiva de mantenimiento y progresión de las infraestructuras que son la estructura organizativa de la ciudadanía local. Pero la esencia de la actuación política esta en hacer progresar inexorablemente el marco de interrelación individual constituida en tejido asociativo de la comunidad.

¿Luchar por que los pasos de cebra estén más o menos pintados, por que los jardines estén pulcramente arreglados, por que todas las farolas funcionen correctamente es solucionar los problemas de un asentamiento? Es indudable que es necesario, ¿pero se puede decir, como dicen los liberales, que es suficiente?

Creo que no. La sociedad, tiene que darse objetivos a cumplir que la impulsen hacia una progresión social que la permita cumplir, de una forma responsable y adecuada, con el papel que así misma se ha dado de gobierno de la naturaleza, de la vida en el planeta. Esa sociedad está creada por conurbanización de múltiples entes sociales más pequeños y organizados en asentamientos humanos, los municipios, que la mayoría vienen a llamar pueblos o ciudades.

Y eh aquí uno de los problema que conforma la España mandinga, cuando un municipio deja de tener un carácter acumulativo de recursos, la necesidad del fortalecimiento mediante la unidad de los individuos para conseguir unos objetivos precisos que involucran a toda la sociedad, para convertirse en pueblo, y enterrar su fin objetivo y científico, con una masa romántica de ilusiones subjetivas.

Sí, así tenemos la España mandinga, formada mediante la suma de todos los pueblos mandingas. El pueblo del chupinazo, el tamboril y los toros; del alcalde, del cura y del cabo de puesto; de los jóvenes matrimonios que, con sus camadas gritonas y uniformadas con ropa de marca, van a tomarse el aperitivo del domingo a la una, tras la misa en Santiago. El pueblo de las banderitas en los retrovisores del coche, del periódico a medio camino entre conservador y liberal; de las rivalidades entre ciudadanos, entre pueblos y entre regiones; el del estatus social, el de la caridad cristiana y las asociaciones pías. ¡El puto pueblo mandinga!.

Miro a otras sociedades, algunas en municipios ibéricos y las envidio. Las envidio y me marco como objetivo político aportar mi trabajo al impulso de llegar al nivel de esos asentamientos. Esos municipios que constituyen el motor real de Europa, que es el motor del mundo. Desterrar del mío la rémora de una sociedad casposa, cutre, anacrónica dónde lo importante es el lucimiento personal basado en la parafernalia fetichista de las marcas, del consumo y de la gestión municipal para mantener un escenario digno a su modista o modisto, a su peluquero y a su coche.

Visto desde esta perspectiva, no puedo dejar de ver el 2 de mayo como efemérides de una derrota de la que no somos capaces de rehacernos, y al “Pequeño Cabrón” como un estúpido engreído que no quiso ver la personalidad de los españoles y prefirió sentir el filo de nuestras navajas. Pero, como él, quiero participar en pintar municipios, no en pintar pasos de cebra.

lunes, 14 de marzo de 2011

Adios Raksha

Casi once años. Once años de cariño, de compañía, de ternura. Nació el día de la República, murió el día que me presentaban en las listas de la candidatura para las elecciones municipales de 2011. Murió el 12 de marzo de 2011 y un trocito de mi vida murió con ella.

Tenía el nombre extraido de un personaje del libro de la selva, el de la loba que adoptó al niño, a Mowgli. Esa era su función en nuestra familia, rescatarnos con su cariño, con la ternura del cahorro.

Raksha era una perrita de raza, un golden retriever, un perro cariñoso, familiar, inteligentísimo. Y todo ello lo fue mi perra. Hoy, al despertarme no la he podido ver, ni darle su premio matutino por ser eso, cariñosa, familiar. Hoy he visto su foto y me hierve el pecho de dolor. Hoy ya no la voya acariciar su pelo de oro y plata.

Me cuesta trabajo decir que la compramos y también me cuesta decir que nosotros la adoptamos, porque fuera lo que fuera lo que hicieramos para estar en su compañía, ella nos quitó la honda herida que la muerte de otra perra, Kira, no dejo en el alma. Ahora le ha tocado a ella.

Vuelvo a sentir esa herida.

Cuando un ser querido muere, y Raksha era muy querida, cargas con su muerte porque vive en tu recuerdo sustituyendo a la mutua interacción cuando estaba viva. Así, poco a poco, vas cargando con más trozos de muerte que sustituyen los trozos de vida.

lunes, 28 de febrero de 2011

Ante la lucha

Ayer, mientras hacíamos los planes para la campaña, mientras velábamos armas alrededor de las fogatas, en una noche estrellada y fría, me advirtieron que nuestros adversarios contaban con ochocientos lanceros; yo sabía que nosotros sólo éramos ochenta. Un viento helador avivo la hoguera y se coló bajo mi capote.


El alcance de esos datos impactaron en mí con la pestilencia de la derrota. Ochocientas personas para tomar la calle de una urbe de veintiséis mil pacíficos ciudadanos sin estímulos para la lucha, ochocientas personas para enfrentarse a nosotros, ochocientas personas para dominar el escenario de la confrontación.

Mirando las estrellas me obligé a pensar que nosotros contamos con ochenta guerreros para la historia; ochenta soldados que podrán agarrar el destino con sus manos haciendo añicos la supremacía del enemigo, ochenta personas que serán capaces de acallar el estruendo del ejército corrupto para colarse en la libre elección del pueblo, ochenta personas que serán capaces de arrancar el apoyo de los ciudadanos, ochenta personas que alcanzarán el prodigio de la inmortalidad.

Y veo a los viejos, por la mañana, contando la hazaña a sus nietos ante un tazón caliente de leche, a las mujeres parar en sus quehaceres para escuchar el relato, y entre los hombres, en la oscura taberna, con los ojos rojos por el vino y la piel de gallina por el orgullo, restallará el profundo y silencioso grito de lucha: ¡IGUALDAD!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Bip, bip

Mis amigos me preguntan por qué, de todas las disciplinas que componen el tiro con arco, he elegido el tiro en bosque (cierta sensibilidad quijotesca me impide la caza). Y, ciertamente, siento pudor en explicar algo que sale muy hondo de mi esencia de persona, de mi naturaleza.

Vivimos en un mundo “bip, bip” –póngase el tono que se quiera-, nuestro teléfono móvil suena con un “bip, bip”, el semáforo que vamos a cruzar, “bip, bip”, si no nos ponemos el cinturón de seguridad en el coche, “bip, bip”, la maquinaria que empaqueta nuestros alimentos, “bip, bip”, incluso si la Guardia Civil nos hace la prueba de la alcoholemia, “bip, bip”; todo se mueve, nos avisa, se comunica con nosotros con un “bip, bip”.

Yo me imagino sentado sobre una roca, en la ladera de una cima aún fría y húmeda por la noche; sintiendo como la niebla oculta los árboles que definen el claro del bosque donde estoy, sintiendo como el jabalí controla mis movimientos en defensa de sus jabatos, cómo el venado me mira tembloroso y el lobo hambriento estudia mis debilidades. La niebla trepa ladera arriba, mientras la campana de la Iglesia de un pueblo cercano (por puro romanticismo diré que esto no me suena “bip, bip”), toca “difuntos”. De repente la niebla muestra el sol y, este, calienta mi cara y seca mis huesos, lo miro con ojos entornados y alma abierta, y me incorporo, levanto mi arco y lo saludo. El jabalí retrocede, el venado corre espantado, el lobo baja su cuerpo tembloroso. ¡Soy arquero!

jueves, 10 de febrero de 2011

De la autocracia, de la teocracia y de la madre que las parió

Nos encontramos en un momento, que espero que sea histórico, en el que los países del norte de África y parte del medio oriente (Marruecos, Argelia, Libia, Túnez, Egipto, Arábia Saudita, Yemen, Siria y Jordania), pretenden decir adiós a sus mandatarios autócratas. Esta autocracia, y el respaldo del mundo occidental a estos regimenes, tienen un carácter económico y militarista, fundamentado este último en el miedo, miedo a que su lugar sea ocupado por gobiernos teocráticos; y ese miedo, fuera de los apoyos gubernamentales, también lo compartimos los ciudadanos de a pié conocedores de todos los problemas que puede acarrear la esquizofrenia teísta.

Ayer, en el debate de una asamblea, dije que no estoy dispuesto a aceptar que la adquisición de votos rapte mi ideología; nosotros vendemos carne, el que quiera pescado que se vaya a la tienda de enfrente, está en su derecho.

¿Vamos a permitir que nuestros miedos, nuestra falta de voluntad, sean más fuerte que nuestros retos?. No se puede crear, ni un pueblo ni un país a base de frustraciones y de miedos, sino con la fuerza de la ideología, la entrega personal y la fuerza de los compañeros unidos alrededor de esa ideología.

lunes, 7 de febrero de 2011

De la caza y de los cazadores

Con el progreso de la humanidad, nos enfrentamos a nuestra originaria naturaleza desde una perspectiva evolucionada hacia unos parámetros que en nada tienen que ver con el orbe natural. Un orbe que tiene unas reglas muy sencillas pero muy arraigadas en todos sus componentes.

Hemos creado nuestra propia industria textil a espaldas de la naturaleza. También a espaldas de la naturaleza la industria alimentaria, y la farmacéutica y todas las demás; todas y cada una de esas industrias que el resto de las especies que componen la naturaleza la formalizan dentro de esa misma naturaleza. Pero, además, hemos creado otras industrias que nos han segregado más aún de esas especies naturales.

Hemos dejado de ser animales por cuanto que no nos ceñimos a muchas de las reglas, de esas reglas primigenias, que conforman la esencia natural, y utilizamos el hábitat exclusivamente como una estructura para el asentamiento. ¿Seremos dioses?, ¿por qué no, si nada tenemos que ver con la naturaleza y algunos dicen que hemos sido creados a imagen y semejanza de uno superior?. ¿O seremos el cáncer de Dios, capaz de destruirle a Él y a su obra?. ¡Me haría mucha gracia la cara de idiotas que se les iba a quedar a tanto teísta vanidoso!.

Los seres humanos ya no nos proveemos por nuestros propios medios a nosotros mismo y a nuestra familia, o como mucho a nuestra comunidad directa, de alimentos, de abrigos, de viviendas, etc.. Ya no tiene que salir al campo acechar una pieza y abatirla. Difícil, trabajosamente. No lo necesitamos. Vamos al supermercado y compramos una pieza de algo que se llama carne, de algo que se llama abrigo.

El año pasado visité en una aldea de Lugo una vaquería. Un sitio dónde se hacinaban las reses en condiciones higiénicas perseguidas pero no conseguidas. A mí, que mi sensibilidad con los seres vivos me ha hecho repetirme que los filetes son unas cosas rojas que crecen en la cámara frigorífica del carnicero del pueblo donde vivo, me contaron que la vaca produciría tres o cuatro terneros, la leche que esa circunstancia produciría y la carne que luego la arrancarían -¡Joder!-. Luego fui a ver a los ternerillos nacidos el día anterior. Eran machos. Uno de ellos jugaba conmigo escondiéndose tras un trotecillo en su cajón, sacando su cabeza para cerciorarse de que le hacía caso y saliendo al corralillo mirándome con sus ojos profundos y felices de ver un mundo de colores. Yo sabía que al día siguiente iba a ser sacrificado. También, hace dos años, todos supimos como los indisciplinados japoneses esquilmaban sus mares con la caza de la ballena, esos mamíferos inteligentes y con sentimientos, en defensa de su industria pesquera. ¿Y los cambios de alimentación en los carroñeros gracias a nuestra política sanitaria?. ¿Y los cambios en nuestro ecosistema en base a la proliferación urbanística?. ¿Sigo?.

Yo no soy cazador. Yo tengo la sensibilidad, o sensiblería, típica del hombre y de la mujer de ciudad. Hiere mi sensibilidad el pánico que se le produce a la res asediada en el monte, escondiéndose en el zarzal, saltando por los riscos mientras huye del depredador invatible, volando entre acantilados forzando su cuerpo en la huida. No me gusta manchar de sangre mis polainas, no me gusta perturbar a los animales que castigan los campos de labor. Mi despensa es la industria y la industria no tiene nada que ver con los animales. No, no soy cazador, soy un dios, un horrible y destructivo dios.

miércoles, 2 de febrero de 2011

A medio camino

A medio camino entre bosque y ciudad, a medio camino entre la noche estrellada y el agostamiento estival, a medio camino entre el ayer y el mañana, a medias se queda Villaviciosa de Odón.


Algunos la llaman pueblo, otros la llaman barrio y en esa indefinición nació, crece y morirá; porque siendo ley que las ciudades nazcan, también lo es que morirán, adornándose sus lápidas con el trabajo, la ilusión y el amor de las personas que la moraron. ¡Qué lapida tan bella dejaron en el recuerdo ciudades de la antigüedad que fueron moradas por almas enamoradas de su tierra!; ¡qué horrible tumba aquellas otras que fueron moradas por personas desarraigadas, meros durmientes de horas inactivas, meros ocupantes de un erial, a medias entre su lugar de trabajo y su hogar!.

A medio camino, decía, se queda Villaviciosa, y a medio camino se quedan mis recuerdos de pubertad, cuando la escasez económica me obligaba a bajarme en el pueblo, a medio camino de la montaña, para pasar una noche de acampada y una mañana de hastío. A mitad del camino me quedé en mi búsqueda del domus rural y la atracción por la ciudad. A medio camino se quedan los ciudadanos que vienen de la ciudad, a medio camino las ciudades que no las saben amar.

martes, 1 de febrero de 2011

De la dignidad

Definida la dignidad como gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse (R.A.E.), a uno le cabe preguntarse si esa forma de comportarse depende del medio en el que el digno se desenvuelve y a los motivos propiciados por la propia situación. De ello deviene, de ser cierto, que no existe cualificación de dignidad, pues, en su entorno, tan digno es un heroinómano en un poblado marginal de Madrid dedicado a la venta de droga, como un cura oficiando Misa en una imponente catedral.


La indignidad ofende. Ofende nuestro sentido de la ética y de la estética, ofende nuestra propia dignidad que se ve mermada cuando una persona individualmente respetada se nos muestra adulterada, completamente distinta a nuestra percepción de correcto comportamiento.

En política tenemos ejemplos de conducta indigna, no delictiva, a la que parece que nos vamos acostumbrando como nos acostumbramos a tantas y tantas degradaciones de esas reglas de comportamiento que se van truncando merced, decimos, al acomodamiento a una inercia de las reglas sociopolíticas más permisivas con el fin que con los medios.

Esa ofensa, de la que antes hablaba, es mayor cuando viene de personas del entorno político más próximo. Y uno no puede evitar la semejanza entre la de un concejal que desprestigia en un pleno municipal a un compañero de partido (pleno en el ayuntamiento de Villaviciosa de Odón 28/01/2011), con un cura heroinómano que da Misa en un burdel. Cuando esto pasa, la palabra, el proyecto, la unidad programática, únicas armas que tienen los políticos para realizar su función social, es sustituida por la soberbia y la indignidad.

Otra versión más trabajada

La indignidad ofende. Ofende nuestro sentido de la ética y de la estética, ofende nuestra propia dignidad que se ve mermada cuando una persona, grupo o institución, por sí respetada se nos muestra adulterada, completamente distinta a nuestra percepción de correcto comportamiento.


Definida la dignidad como gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse, a uno le cabe preguntarse si esa forma de comportarse depende de la correcta unión entre el medio, y los motivos propiciados por la propia situación, en el que el digno se desenvuelve (calidad), o si deviene de los caracteres del individuo (cualidad). De ser cierto lo dicho, en su entorno, tan digno es un heroinómano en un poblado marginal de Madrid dedicado a la venta de droga, como un cura oficiando Misa en una imponente catedral.

En política tenemos ejemplos de conducta indigna a la que parece que nos vamos acostumbrando como nos acostumbramos a tantas y tantas degradaciones de esas reglas de comportamiento que se van truncando merced, decimos, al acomodamiento a una inercia de las reglas más permisivas con el fin que con los medios. Así devaluamos claramente la calidad, cuya esencia social pierde peso frente a la cualidad, anidada en la esfera individualista.

Al haber desistido la dignidad, o la indignidad, del componente social, el individuo se enfrenta sólo ante el juicio moral tremendamente inflexible desde el prisma objetivo, haciéndole protagonista de su entorno. Puestas así las cosas, si un político, contrariamente a las lógicas prevenciones sobre la protección de su partido, y con motivos puramente personales, arremetiese fuera del espacio diseñado, contra su propio partido, vendría a tener la misma cualidad que un cura heroinómano dando Misa en un burdel.

jueves, 20 de enero de 2011

La tumba

De azul se pinta la morgue cuando muere el marinero,
de blanco salino las flores que acompañan su tumba.
En la orilla la hembra llora su soledad ante la cruz,
y una gaita susurra el triste lamento del viento.

De camino por la costa coruñesa, en a costa da morte, uno se encuentra con la tragedia, y con el recuerdo. En Corme, pueblo coruñes, las cruces miran a la mar, retándola con su superchería, con su cruel vanidad.

¡Qué cruces más caras compramos!. Percebeiros, mariñeiros, y mineros, y siderúrgicos, y tantos y tantos que compran una cruz pagándola con su vida. Qué chiste tan cruel es la religión.

miércoles, 19 de enero de 2011

Proyecto de Grupo Municipal

Llega el momento de hacer un nuevo Grupo Municipal. Se entiende que este nuevo grupo, aspira a recoger el mensaje dado por una militancia que por una gran mayoría (el 15 de enero de 2011 la Agrupación Socialista de Villaviciosa de Odón eligió una lista que conformará el futuro Grupo Municipal Socialista, relevando al anterior equipo. El resultado fue de 13 votos en contra y 44 a favor) han elegido un cambio que, a mi parecer, si bien no es un cambio funcional sí, al menos, es un cambio conceptual.


¿Cuál es ese concepto que hará distinto un grupo de otro?. ¿Qué cambios supone reorientar la praxis para crear un grupo más populista?. ¿Cómo llegar hasta una relación biunívoca entre la militancia y el Grupo Municipal Socialista?.

Los socialistas villaodonenses rechazan el concepto de Grupo Municipal como agrupamiento de elegidos, como dioses del monte Olimpo, que están allí, elegidos y ubicados, por su valía personal e individual. Hemos rechazado que el Grupo pueda autoalimentarse de sus propios estímulos y realice su labor independiente y alejada de la militancia. El Grupo no es nada sin el acrónimo PSOE y sin su militancia, y no es aceptable la percepción de aquellos que piensan que es necesario el partido como soporte, su capacidad de convocatoria y su infraestructura, renunciando, como pago, a parte de su libertad de acción; ni tampoco es de recibo pensar que la militancia son aquellos votos asamblearios que permitan a los integrantes del Grupo mantener su proyecto o sus puestos políticos. No hablemos ya de corrupción, entendida no sólo en el plano económico, sino en otros planos que formalizan de igual forma el individualismo y el protagonismo personal, tales como la obtención de prebendas y prestigio social. Nuestro objetivo ni es el individualismo ni es cambiar una sociedad mercantilista por otra dirigida de forma patriarcal. Tomás Gómez (Secretario General del PSM) dice que la gestión de los recursos no corresponde a gente emblemática ni poderosa, sino a gente corriente; gente que necesita medios de transporte, y se provee de ellos, gente que necesita ir al médico, y mantiene la Seguridad Social, gente que quiere para sus hijos lo mejor, y quiere las mejores escuelas; así, de abajo a arriba, así se hace socialismo.

El Grupo Municipal no debe de estar integrado por superhombres o supermujeres elegidos por los ciudadanos, sino por todos los miembros de una lista municipal que se han querido comprometer en ese proyecto socialista. Si para ese proyecto han sido llamados veintiún militantes, por qué se reducen tras las elecciones a cinco, seis o siete. Pero además, si no se hace socialismo a través del individualismo, en definitiva del personalismo, porque no contar con todos los antecedentes que han desembocado en una determinada lista, tales como antiguos alcaldes o portavoces; y, en definitiva, porque no contar también con la militancia, esa militancia trabajadora, estimulada y con iniciativa que se agrupa en la Comisión Ejecutiva. Algunos dirían que eso es ingobernable pero todos sabemos que no todo el mundo acude a la llamada, con lo cual es absolutamente viable.

Los concejales quedan, de esta forma, como la punta del iceberg visible desde la superficie, pero realmente es una masa con un enorme potencial la que soporta la visión de los profanos. No son los concejales el Grupo, sino parte de él.

Este es el Grupo Municipal Socialista que defiendo y que enfrento al Grupo Municipal del Partido Popular formado con individualismos, jerarquías y uniformidad de criterios.

domingo, 16 de enero de 2011

Al filo de la cuchilla

Entre la victoria y la derrota, entre la verdad y la mentira, entre el acierto y el descalabro, vivimos, trabajamos, soñamos. El fiel, lo único no voluble, es el filo de la cuchilla que nos mantiene en equilibrio en el que nos mantenemos mediante una débil lucidez.


El odio y la soberbia, son, sin duda, la carga mal estibada que hace zozobrar el barco; la humildad y la bondad, el camino sereno y placido de la hoja de ruta. La lucidez, la amada y perseguida lucidez, la que nos sobreviene por el simple hecho de tener sentimientos, por ser animoso, es zarandeada por el orgullo y el egoísmo.

Necesito la responsabilidad de los que me precedieron, y de los que precedieron a los que les precedieron; necesito sentir su sabia desintoxicada en mis venas, y sus victorias, y sus verdades, y sus aciertos. Lo necesito porque mi partido es un casteller y para ser un peldaño, no un peldaño único, no uno permanente, no un peldaño soberbio, sino un simple peldaño de alubión, del alubión de las acciones socialistas, necesitaré de la fuerza de los que ya han pasado y del arrojo de los que vendrán después de mí y que espero con ilusión y con humildad.

Antes de ayer, día quince, se confirmó la lista que presentará el PSOE a las elecciones locales y en la cual me han incluido. Ojala la lucidez sea mi herramienta recurrente.

sábado, 1 de enero de 2011

Programa electoral

¿A la hora de crear un programa electoral, qué es lo que tenemos que evidenciar?, ¿las buenas ideas en infraestructuras, la honradez, la mejor gestión, quizás la promesa de que nosotros no vamos a cometer los errores o los fraudes de nuestros rivales políticos?. ¿Esto es lo que vamos a ofrecer a los ciudadanos?. ¿Pero, esto no es lo mismo que ofrece el PP, IU,PPVO, etc?

Si echamos un vistazo a nuestro “proyecto de ciudad”, encontramos muchísimas afinidades entre los proyectos de otros partidos, incluso, en algún caso, nuestro proyecto recoge planes que ya están materializados por los liberales. ¿Es que algún partido, descartando la corrupción, lo va a hacer mal aposta?, ¿es que, por el hecho de no ser socialistas, no van a ser capaces de tener buenas ideas?, ¿en un ámbito tan limitado como es el local, se pueden ofrecer una gran disparidad de planes como para crear una oferta radicalmente distinta?. Sin embargo crear esa oferta radicalmente distinta es lo que tenemos que plantear a los ciudadanos para cambiar el sentido de su voto o para cambiar su argumentación sobre el absentismo.

Para buscar esos planes no hay que ir a los "carril bici", ni a centros de salud, ni a viviendas de protección oficial, porque todo eso es tan capaz, tan electoralista, tan gestionable por los liberales como por los socialistas, como por otros progresistas. Nosotros tenemos que vender un concepto no infraestructuras, el concepto de la acción socialista, y tenemos que saber explicarles porque es mejor nuestro concepto que el de ellos. En resumidas cuentas, tenemos que vender ideología.

La primera pregunta que nos debemos hacer, que el partido debería extendernos a todos los militantes es: después de tantos años, de tantos debates, de tantos cambios, ¿sabemos  cual es el concepto de la acción socialista, ¿no se nos habrá difuminado en horas de intercambio de opiniones, de progresión conceptual, de estrategias políticas?. El partido no es un equipo de fútbol del que eres socio por inercia, por costumbre, por familiaridad o por revanchismo para con otros.

La segunda es cómo transmitirle a la sociedad nuestra ideología,como llegar a ser capaces de transmitir a los demás lo que les proponemos. Este debe de ser nuestra estrategia, realizar una labor pedagógica no comercial, ofrecemos conceptos no vendemos lavadoras. ¿Por qué los que tenemos más de cincuenta años creemos que la juventud no es capaz de implicarse como nosotros nos implicamos en la década de 1970?, pues porque hemos sido incompetentes en la labor pedagógica que se nos debe exigir a los que estamos implicados en una acción política. Y es por esto que los liberales nos están comiendo el terreno, por que siendo ellos la opción mercantilista de la sociedad, la gestión de la sociedad a través de los mercados, ofrecen ese mercado a la sociedad. Ellos sí pueden vender lavadoras, pero nosotros no.