jueves, 10 de febrero de 2011

De la autocracia, de la teocracia y de la madre que las parió

Nos encontramos en un momento, que espero que sea histórico, en el que los países del norte de África y parte del medio oriente (Marruecos, Argelia, Libia, Túnez, Egipto, Arábia Saudita, Yemen, Siria y Jordania), pretenden decir adiós a sus mandatarios autócratas. Esta autocracia, y el respaldo del mundo occidental a estos regimenes, tienen un carácter económico y militarista, fundamentado este último en el miedo, miedo a que su lugar sea ocupado por gobiernos teocráticos; y ese miedo, fuera de los apoyos gubernamentales, también lo compartimos los ciudadanos de a pié conocedores de todos los problemas que puede acarrear la esquizofrenia teísta.

Ayer, en el debate de una asamblea, dije que no estoy dispuesto a aceptar que la adquisición de votos rapte mi ideología; nosotros vendemos carne, el que quiera pescado que se vaya a la tienda de enfrente, está en su derecho.

¿Vamos a permitir que nuestros miedos, nuestra falta de voluntad, sean más fuerte que nuestros retos?. No se puede crear, ni un pueblo ni un país a base de frustraciones y de miedos, sino con la fuerza de la ideología, la entrega personal y la fuerza de los compañeros unidos alrededor de esa ideología.