El día 14 de abril de 2012, día de la república, fue proclamada la
nueva ejecutiva de la Agrupación Socialista de Villaviciosa de Odón y yo no
tuve cabida en ella.
Si he de ser sincero, me duele. He tenido la
oportunidad durante los cuatro años pasados de luchar activamente por el
socialismo desde una perspectiva de planificación y gestión y, no ha sido
evaluado como provechoso para la Agrupación. Ahora se me relega a contribuir
con las ideas socialistas haciendo bulto en las actividades que otros van a
gestionar y planificar. Sí, me duele.
No me preocupa la decisión tomada con
respecto a mí. Cada jefe de equipo es muy dueño de plantear su equipo
analizando y desechando a aquellas personas con opción a integrarlo; si no doy
el perfil, pues no lo doy y punto. Pero sí me preocupa intuir que nada he
aprendido de mis errores, pues en este punto creo que nadie ha sido sincero
conmigo, valientes sí, sinceros no, y por tanto, no hay enmienda posible sobre
lo que se desconoce. Quedo, por tanto inhabilitado para un futuro que, desde ya,
acepto.
En definitiva, por mucho que yo me creyera válido,
no lo he sido tanto. Y eso me hace pensar lo ridículos que los seres humanos
podemos llegar a ser en nuestra arrogancia. No voy a analizar por mi cuenta las
causas de mi ostracismo, ni puedo ni creo que lo hiciera acertadamente;
simplemente lo asumo. Pero me doy cuenta de que las causas han de ser
importantes para ser el único que ha salido del equipo por no dar el perfil, o para
que ni siquiera mi presencia, activa durante todos estos años, me haya valido
una vocalía en la ejecutiva.
Jamás me importaron títulos ni cargos, sólo
quería luchar en primera línea para aportar lo mejor que tuviera al socialismo;
no pedí favores ni nunca los recibí, nunca pretendí hacer carrera política ni ostentar
prebendas ni magnificencia que nunca, ni uno ni otro, me fueron otorgadas. Pero,
sin embargo, tengo mucho que agradecer. Agradecer a aquellos que tomaron la
decisión aquel 7 de noviembre de 2008, de incorporarme en la
ejecutiva como Secretario de Política Municipal. De ello devino para mí, una
experiencia inolvidable, una experiencia que recordaré siempre, pues gracias a
ello tuve la oportunidad de luchar por mi ideología a la que por fin pude
respaldar después de muchos años de deseo; y eso es un hecho de absoluto
orgullo personal.
También debo pedir perdón. Perdón a aquellos
que mi excesivo celo zahirió, a aquellos que ofendí y a aquellos que pude
causar mal. Nunca con ello quise traspasar el umbral del lance político, nunca
arribé a la inquina personal. Les aprecio muchísimo, pues tras mis críticas o
tras mis adulaciones, tras las disputas o tras los apoyos, todos son mis
compañeros en la lucha en pro del socialismo.
¡Bueno!, pues eso, que se acabó.