viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz cambio de ciclio administrativo 2011

Quizás mi excesivo pragmatismo me haya impedido durante mi vida felicitar a mis amigos, compañeros o parientes por estas fechas; y ha contribuido muy poco a ello, el hecho de hacerlo con motivo de un teísmo en el que no creo, o un simple convencionalismo abstracto que llamamos tiempo. 
Pero hoy, 31 de diciembre de 2010, tengo un objetivo concreto y de máxima importancia para mí, para ese periodo administrativo que llamamos 2011. Así que, sin pretender felicitar nada a nadie por lo que no sabemos que nos vaya a acontecer, ni desearos lo mejor como algo abstracto que ni vosotros mismos sabéis lo que es, sí quiero  desearos ánimo para cumplir los objetivos concretos que os hayáis marcado.
Mi objetivo y el de muchos vosotros también, eso creo, es el de que el Partido Socialista de Madrid -PSOE-, gane las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid desde luego, pero también que la Agrupación Socialista de Villaviciosa de Odón consiga progresar en su trayectoria para poder implementar su proyecto de ciudad, el proyecto de una ciudad socialista, en este pueblo.
Me gustaría, por tanto, transmitiros, transmitirte a ti compañero, más que un requisito social de felicitación y buenos deseos,  mi apoyo incondicional para que, de aquí a mayo de 2011, no decaiga tu ánimo, que  no te gane la pereza, que revaloricemos juntos ese mundo socialista que tanto amamos, porque ese mundo, más animado a la crítica que a la felicitación, no te desea nada, sino que te exige seguridad en tus argumentaciones, constancia y trabajo.
Compañero: desde la responsabilidad que tengas, institucional, orgánica o de base, repartiendo panfletos, controlando las mesas electorales, haciendo política o haciendo fotocopias y fregando la agrupación, cuenta conmigo para ayudarte a ganar las próximas elecciones municipales.
¡Salud!

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿Qué queda?

Llega un momento en que uno no sabe si va para delante o para atrás. Son momentos de zozobra en los que no entiendes que está pasando, en los que las encuestas pesan sobre tu moral como una losa de pizarra, en los que no llegas a comprender el fin último de tus guías, en los que chocas con la incomprensión de la gente, en los que dudas. Miras a tu alrededor y sólo ves sonrisas irónicas, qué tu criterio deja de tener valor mientras que otros criterios, en los que tu no crees, no necesitan argumentar para salir airosos con insultante arrogancia.


Me siento extraño, ajeno. Este país, esta sociedad, esta gente no es la mía. Y lloro mi soledad como el poeta llora sus versos, y lloro mi amargura como el pintor llora sus oleos, y lloro mis silencios con las carcajadas de los otros.

¿A esto se le llama depresión, no?. ¡Hay que joderse con la puta crisis, las Navidades y la lluvia!.

Pero … ¿Qué queda?. Pues queda la convicción primigenia. El regazo de tu madre, el abrazo de tu amante.

Queda saber por qué te has posicionado y cual es tu escala de valores. ¡Sin más!. Y la mía son las personas. Las personas por encima de todo. Las personas que son capaces de crecer con su estímulo personal, con sus penas, su sudor y sus lágrimas; que tienen sentimientos y que son frágiles y humildes. Estoy ahí, con ellos, frente a los mercados que vulneran sus necesidades en base a una cuenta de resultados, frente a los ególatras, sádicos e intolerantes que humillan a todos los que les rodean y se jactan de su prevalencia sobre ellos, estoy frente a los que juegan con las cartas marcadas, marcadas con sangre o con dinero, sin importar los sentimientos de los demás. Estoy con los que se equivocan, con los débiles, con los perdedores, porque prefiero disfrutar del camino hasta la cima que encontrarme arriba sin saber por qué.

Por eso estoy aquí y, sabes, aquí me quedo.

Salud.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

La invención del arco

“Morgan fue el primeror que con conocimiento de causa trató de introducir un orden preciso en la prehistoria de la humanidad, y su clasificación permanecerá sin duda en vigor hasta que una riqueza de datos mucho más considerable no obligue a modificarla.


»De las tres épocas principales -salvajismo, barbarie, civilización-sólo se ocupa, naturalmente, de las dos primeras y del paso a la tercera. Subdivide cada una de estas dos estapas en los estadios inferior, medio y superior, según los progresos obtenidos en la producción de los medios de existencia, …

» Estadio superior [del Salvajismo]. Comienza con la invención del arco y la flecha, gracias a los cuales llega la caza a ser un alimento regular, y el cazar, una de las ocupaciones normales. El arco, la cuerda y la flecha forman ya un instrumento muy complejo, cuya invención supone larga experiencia acumulada y facultades mentales desarrolladas, así como el conocimiento simultáneo de otros muchos inventos. […]El arco y la flecha fueron para el estadio salvaje lo que la espada de hierro para la barbarie y el arma de fuego para la civilización: el arma decisiva.”

Friedrich Engels:
EL ORIGEN DE LA FAMILIA, LA PROPIEDAD PRIVADA Y EL ESTADO

El Camino del Arco

Una vez más he terminado de leer el libro de Pablo Coelho “El Camino del Arco”. Una vez más me ha acompañado en mi propio camino, y lo ha hecho por dos razones, una porque yo también soy arquero, y otra, porque también soy un ser humano sometido a los avatares que la vida interpone en ese camino. Coelho utiliza al arquero y el camino del arco para hablarnos, a todos, sobre el camino de la vida; de nuestra vida, de su vida.


Sin embargo hay personas que no son capaces de comprenderlo, porque no son capaces de llegar a esa abstracción de la que sacar conclusiones más allá de un enunciado sistemático; pero, además, hay arqueros que tampoco saben extrapolar su propio camino del arco, vagando por un hipotético arte sólo posible tras asumir dogmáticamente la filosofía del Kyudo, la cultura nipona y la supuesta sensibilidad erudita de la órbita rural japonesa.

Espero que no se me mal interprete y se me acuse de segregar a aquellos que ven en el Kyudo un arte, o una filosofía, o lo que quieran ver; cada uno es muy dueño de sensibilizarse con lo que le de la gana, estaría bueno. Sólo pido un poco de comprensión para aquellos otros arqueros, entre los que me encuentro, que buscan en el arco algo más que atravesar el “amarillo” y algo menos que levitar en la línea de lanzamiento. Y lo quiero así porque soy una persona de verdades, verdades como mi cultura occidental, mis valores, mis estímulos y mis arcos también occidentales.

Respeto el Kyudo como es, porque sé que el Kyudo me respeta a mí como soy.