jueves, 16 de octubre de 2014

El Partido Popular y la mujer

Empieza a ser desagradablemente típica la forma en la que el Partido Popular (PP) humilla las mujeres. Son bochornosas las actitudes que cargos muy relevantes del PP están teniendo.
Hoy, en la prensa, podemos ver como el concejal de Hortaleza (Madrid), destituye a una “alto cargo” por tener un hijo, alegando que “Necesito el máximo rendimiento y número de horas de trabajo”. Y yo me pregunto: ¿es esta la campaña de igualdad de la mujer en el ideario liberal?, ¿es esta la concepción de sociedad que queremos? Aquella que por encima de la persona, hombres o mujeres, prima la eficacia en lugar de la humanidad, prima la eficiencia por encima de la igualdad.
La dignidad de las personas, al menos para un socialista, se basa en su capacidad para identificarse con el resto de los seres humanos. Se identifican estos individuos del PP con el resto de la sociedad, con sus problemas cotidianos, con su vida familiar, con su derecho al progreso independientemente de su función productiva, con el cuidado y educación de las nuevas generaciones; ¿es esta la protección a la familia que falazmente vocean. ¿Hasta dónde piensa llegar el materialismo liberal bajo su inequívoco lema “tanto produces, tanto vales”? 

martes, 14 de octubre de 2014

Qué bien nos vendría un Secretario General


Editorial Res Publica de noviembre de 2014
 
            El otro día tuvimos la oportunidad de visionar el video de “La voz de Gabilondo” titulado: “Que bien nos vendría un Presidente del Gobierno[1]. Nosotros aún añadiríamos: “Y un Ministro del Interior y un Secretario General y …”. ¿Es una percepción de estos redactores o en la Secretaría General hay más eco que en el Valle de Arán? ¿Qué función tiene una Secretaría General que ignora a los profesionales, internos y familiares?, es decir: el alma mater de la institución. O es que sólo persigue el silencio de los corderos. Le proponemos una cosa al Sr. Yuste, quédese en su casa. Total, ¿qué más da?

¿Alguien se ha preguntado cual es la política penitenciaria del Sr. Yuste? ¿cuál es su percepción de la repercusión social de las medidas privativas de libertad?, ¿cómo piensa que se debería progresar en el fin último de esas medidas?, ¿cómo hay que mejorar la convivencia y la formación de los internos?, ¿cuál es el plan de formación, aparte de cursillos de Word, a los profesionales?, ¿Qué protocolos de seguridad, activa y pasiva, existen para el control de incidencias posibles en la vida penitenciaria?. En resumidas ¿cuál es el criterio penitenciario?. Desde luego, según la memoria de actividades que ha realizado, no existe.

Dedicarse a silenciar los centros, burocratizar la institución, controlar el gasto, contratar servicios de mantenimiento, utilizar lo que hay y si se puede ir amortizándolo, es función de un administrador de fincas, no de un político. Es la función de un edecán que deja languidecer la nave en el Mar de los Sargazos de la falta de inversiones, de retos, de progreso, de iniciativa, mientras mantiene un geriátrico con los sillones mullidos para la decadencia profesional de los alineados  con el Partido Popular.

¿Cuál es el criterio, y el impacto en su programa, ante la privatización de la vigilancia exterior, o ante la Ley 15/2014 de “racionalización” del sector público y otras medidas de reforma administrativa”, porque convoca a hurtadillas la Mesa General de Negociación, que piensa del proyecto de presupuestos para el 2015, que pasa con el Ébola y la incertidumbre que provoca?

¿Cual es el programa? ¿Alguien sabe de otro caso en el que se presente una memoria de actividades sin que previamente haya existido un programa estructurado mejor o peor cumplido? No le vamos a quitar al Sr. Yuste el honor de ser el primero.

Sí, ¡qué bien nos vendría tener un Secretario General!



[1] http://ep00.epimg.net/politica/videos/2014/10/13/videos/1413184005_107358_1413184116.mp4

Dignidad, la lucha sindical


Editorial Res Publica de septiembre de 2014
 
Ha pasado el verano, por lo menos el climatológico. Se aproximan, poquito a poco, las elecciones autonómicas y poquito a poco el Gobierno Estatal y Autonómico, nos pone la zanahoria delante de los ojos que al principio de la legislatura nos había quitado de la boca.

La lucha sindical, la lucha por nuestros derechos, tiene como fin indiscutible la estabilidad social, y dentro de ella, el progreso; por ello no podemos estar al pairo de los periodos electorales, de sus falaces promesas o de los distintos ajustes políticos. Nuestra lucha ha de ser independiente, diaria, constante. Somos hombres y mujeres de bien y, como tales, tenemos que batallar en una lucha de intereses contrapuestos. Unos intereses vitales por que lo son para nuestras familias, para nuestra estabilidad social, para nuestro propio progreso como seres humanos.

Una autentica guerra, sin paliativos, independientemente de su menor grado de mortalidad (pues haberla la hay), contiene toda la carga de crueldad, encarnizamiento y dolor que pueda tener cualquier otra. No podemos perder esta guerra, porque en esta no se trata de defender un gobierno nacional por otro extranjero, no se trata de un cambio de bandera, se trata de nosotros como personas, de nuestra naturaleza como seres humanos, de nuestra familia como núcleo principal, de nuestra sociedad como seres libres. Es una lucha vital, no territorial, no política, no de reyezuelos.

Nos debemos plantear si debemos luchar por ser hombres y mujeres libres. No sólo de calificativo, sino por tener las herramientas necesarias y suficientes para nuestro autogobierno personal basado en la igualdad de derechos y de oportunidades y la coherente corresponsabilidad de los derechos y deberes del resto de la comunidad.

Hoy en día, agraviados, ofendidos, zaheridos, con los recortes sociales, políticos, cívicos, económicos; arrastrados a la exclusión social, abandonados a una política sanitaria, social y educativa mendicante; solamente nos queda demostrar que podemos invertir el flujo social y, de una vez por todas, que ese flujo fluya de abajo a arriba y no de arriba abajo; que fluya de los cuantitativamente superiores a los inferiores, de los que llevan nuestra comunidad estatal sobre sus espaldas, a los que van encima de ellas confortablemente instalados. Demostrarles que creemos en la iniciativa y en el progreso económico individual, sí, pero no en los privilegios, ni en el vasallaje, ni en la injusticia.

Igualdad, Justicia y Dignidad. ¿Podrían ser los argumentos de tu naturaleza como ser humano?. Si es así, compañero y compañera, lucha por ella porque nadie te lo va regalar.

Vigilantes privados = Okupación


Editorial de la revista Res Publica de octubre de 2014
 
Compañeros y compañeras, os preguntaréis por qué hemos roto nuestro ciclo de publicaciones; por qué, cuando apenas ha hecho un mes, ya estamos transmitiéndoos un mensaje contestatario, uno más, a la actuación del Gobierno. Qué seriedad es la de aquellos que diciéndose revista bimensual, alteran la periodicidad o publican la revista cuando les viene en gana sin orden ni concierto.

Pues no es así, compañeras y compañeros. Nos vemos impelidos a redoblar nuestros demandas contra un Gobierno humillador, expoliador, difamador, de los Servicios Públicos. Un Gobierno que, aparte de sustraer nuestro sueldo, aparte de sustraer nuestros días libres, aparte de hacer cada vez más precarias nuestras condiciones de trabajo, dan los últimos pasos para la definitiva amortización de nuestros puestos de trabajo.

Hoy el funcionario de prisiones ingenuo, ve indiferente como se introduce en nuestro organigrama funcional un colectivo que, en un futuro, sustituirá a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (CFSE). Esa indiferencia, le lleva a suponer que no es su problema, que él nada tiene que ver en un asunto que involucra directamente a un colectivo determinado. Pero lo cierto es que ese colectivo actúa con idénticas prerrogativas que el nuestro propio, salvo las conferidas sobre el tratamiento reinsertador de las conductas delictivas, que muchos entre nuestros compañeros y la inmensa mayoría de la administración liberal y conservadora, ponen en entredicho, y que la administración penitenciaria no apoya con la debida formación específica. ¿Es entonces, la inclusión de la vigilancia privada, un problema de los CFSE?

El ciudadano, y en este colectivo estamos nosotros, ya no obvia el saqueo del Servicio Público por parte del Gobierno. Ve, como la ecuanimidad, la labor de servicio, la imparcialidad, se ve sustituida por el clientelismo y el lucro individual. Repetimos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

La prisión de Málaga sigue sin abrirse, todos los funcionarios del Cuerpo, sospechamos del pretendido destino de este centro y todos vemos con preocupación ese destino que planea sobre nuestras cabezas cual Espada de Damocles. Insistimos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

Una parte de nuestro colectivo, ve delante de sus ojos el fin de una etapa laboral llena de insatisfacción, de falta de incentivación, de falta de apoyo; y piensa que ya no le queda perspectiva laboral para que esos problemas le atañan. Pero no por dejar de ser funcionario, va a dejar de ser ciudadano, va a dejar de entender que sólo desde una acción no mercantilista va a ser tratado por los sanitarios, los educadores, los servicios sociales, por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y, por supuesto, por el colectivo penitenciario, con la intencionalidad del servicio, no del rédito mercantil. Terminamos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

Desde UGT Prisiones creemos que no. No podemos seguir teniendo una actitud conciliadora con gobiernos que día a día nos quitan nuestra riqueza pública, nuestra naturaleza laboral y nuestro derecho al progreso como trabajadores y personas, para que se enriquezca y para continuar en el poder en base a estas política. Ya no sólo es que nos quiten nuestro sueldo para dárselo a los bancos, ya no es que nos quiten nuestro patrimonio para dárselo a los arzobispados, es que ahora nos quitan nuestras funciones y, mañana, nos quitarán nuestros puestos de trabajo.

Viene muy a cuento recordar a Martin Niemoller, pastor alemán que fue encarcelado desde 1937 a 1945 por el gobierno de Hitler:

· "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

· Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

· Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

· Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

· Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".