martes, 14 de octubre de 2014

Vigilantes privados = Okupación


Editorial de la revista Res Publica de octubre de 2014
 
Compañeros y compañeras, os preguntaréis por qué hemos roto nuestro ciclo de publicaciones; por qué, cuando apenas ha hecho un mes, ya estamos transmitiéndoos un mensaje contestatario, uno más, a la actuación del Gobierno. Qué seriedad es la de aquellos que diciéndose revista bimensual, alteran la periodicidad o publican la revista cuando les viene en gana sin orden ni concierto.

Pues no es así, compañeras y compañeros. Nos vemos impelidos a redoblar nuestros demandas contra un Gobierno humillador, expoliador, difamador, de los Servicios Públicos. Un Gobierno que, aparte de sustraer nuestro sueldo, aparte de sustraer nuestros días libres, aparte de hacer cada vez más precarias nuestras condiciones de trabajo, dan los últimos pasos para la definitiva amortización de nuestros puestos de trabajo.

Hoy el funcionario de prisiones ingenuo, ve indiferente como se introduce en nuestro organigrama funcional un colectivo que, en un futuro, sustituirá a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (CFSE). Esa indiferencia, le lleva a suponer que no es su problema, que él nada tiene que ver en un asunto que involucra directamente a un colectivo determinado. Pero lo cierto es que ese colectivo actúa con idénticas prerrogativas que el nuestro propio, salvo las conferidas sobre el tratamiento reinsertador de las conductas delictivas, que muchos entre nuestros compañeros y la inmensa mayoría de la administración liberal y conservadora, ponen en entredicho, y que la administración penitenciaria no apoya con la debida formación específica. ¿Es entonces, la inclusión de la vigilancia privada, un problema de los CFSE?

El ciudadano, y en este colectivo estamos nosotros, ya no obvia el saqueo del Servicio Público por parte del Gobierno. Ve, como la ecuanimidad, la labor de servicio, la imparcialidad, se ve sustituida por el clientelismo y el lucro individual. Repetimos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

La prisión de Málaga sigue sin abrirse, todos los funcionarios del Cuerpo, sospechamos del pretendido destino de este centro y todos vemos con preocupación ese destino que planea sobre nuestras cabezas cual Espada de Damocles. Insistimos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

Una parte de nuestro colectivo, ve delante de sus ojos el fin de una etapa laboral llena de insatisfacción, de falta de incentivación, de falta de apoyo; y piensa que ya no le queda perspectiva laboral para que esos problemas le atañan. Pero no por dejar de ser funcionario, va a dejar de ser ciudadano, va a dejar de entender que sólo desde una acción no mercantilista va a ser tratado por los sanitarios, los educadores, los servicios sociales, por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y, por supuesto, por el colectivo penitenciario, con la intencionalidad del servicio, no del rédito mercantil. Terminamos: ¿Es entonces un problema de los CFSE?

Desde UGT Prisiones creemos que no. No podemos seguir teniendo una actitud conciliadora con gobiernos que día a día nos quitan nuestra riqueza pública, nuestra naturaleza laboral y nuestro derecho al progreso como trabajadores y personas, para que se enriquezca y para continuar en el poder en base a estas política. Ya no sólo es que nos quiten nuestro sueldo para dárselo a los bancos, ya no es que nos quiten nuestro patrimonio para dárselo a los arzobispados, es que ahora nos quitan nuestras funciones y, mañana, nos quitarán nuestros puestos de trabajo.

Viene muy a cuento recordar a Martin Niemoller, pastor alemán que fue encarcelado desde 1937 a 1945 por el gobierno de Hitler:

· "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista.

· Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.

· Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.

· Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.

· Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".