jueves, 20 de enero de 2011

La tumba

De azul se pinta la morgue cuando muere el marinero,
de blanco salino las flores que acompañan su tumba.
En la orilla la hembra llora su soledad ante la cruz,
y una gaita susurra el triste lamento del viento.

De camino por la costa coruñesa, en a costa da morte, uno se encuentra con la tragedia, y con el recuerdo. En Corme, pueblo coruñes, las cruces miran a la mar, retándola con su superchería, con su cruel vanidad.

¡Qué cruces más caras compramos!. Percebeiros, mariñeiros, y mineros, y siderúrgicos, y tantos y tantos que compran una cruz pagándola con su vida. Qué chiste tan cruel es la religión.