miércoles, 10 de septiembre de 2014

Golpe a golpe, verso a verso

Y nos creíamos que la lucha de clases había sido superada. ¡Ja!

La política es una diosa juguetona, o un zorrón como la copa de un pino que en definitiva viene a ser lo mismo. Deja al ser humano regocijarse en las miserias programáticas, se sonríe viéndole actuar en su presunción, en su soberbia, en su egolatría; le ve orgulloso, arrogante, vanidoso y cuando se cansa le da una patada en el culo devolviéndole a lo más profundo del fango mal oliente de su estulticia.

¡Sí, estoy deprimido, que pasa!

Al final todo es muy sencillo. La política no es la idealización del razonamiento social, incluso solidario, sino la metodología de una lucha entre diversos grupos sociales. ¡Por favor, que se dejen de cuentos! Los fascistas se preocupan de que su grupo heterogéneo imponga su voluntad sobre la sociedad; los conservadores pretenden hacer valer sus derechos generacionales y su segregación positiva hacia una parte de la sociedad; los liberales pretenden una sociedad con marcadas diferencias individuales en función de su cuota de poder, de sus actitudes (sí, con ce), de su agresividad, y de su falta de solidaridad. Hasta aquí el Partido Popular. Los socialistas e Izquierda Unida, defienden los intereses de la clase medía, revistiendo su presunta honorabilidad, con opciones, más o menos drásticas, hacia la clase más desfavorecida según una u otra sensibilidad política. Hablar de nacionalistas, es hablar de otro grupo y así sucesivamente con esos partidos generalistas con obvia falta de ideología, de sentido político, sobredosis de tecnocracia y falta de humanidad.

Hoy en España se está destruyendo, no digo que no sea cíclico, la clase media gracias a las políticas del Partido Popular, imbuido de arrogancia y agresividad en la defensa de “su” sector social. Se propicia así la fractura social con la clase más desfavorecida, que se alimenta, cada vez en una mayor inmigración, de la clase media. En este momento aparece el, vaya usted a saber qué, digamos formación, “Podemos” que pretende apoyar este sector, trabajando el desánimo y la lógica reacción del sector a su desesperación, pretendiendo implementar la radical lucha, “guerra”, de clases. Una nueva imagen para una antiquísima estrategia.

Siempre ha perdurado en mi prurito existencial aquel poema de Machado:

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.

El Partido Socialista (PSOE) e Izquierda Unida (IU) pasan, al menos momentáneamente. No porque haya ganado el Partido Popular, más quisieran ellos; no por los errores de los gobiernos socialistas ni por la errática, y propagandista, actitud contestataria al PSOE de IU, sino porque ha perdido la clase media, nuestra clase. Provisionalmente, sí, pero sine díe, también.

¡Pero bueno!, de este escrito a tomarme un lexatin (¡que coño pijerias: un porro!), queda poco, así que añadiendo algo de la cosecha de Serrat, yo seguiré golpe a golpe, verso a verso.