lunes, 27 de julio de 2015

Hasta las pelotas


Hasta las pelotas.

Hasta las pelotas de malos rollos, hasta las pelotas de gentuza que quieren medrar a costa de los demás, hasta las pelotas de puñaladas por la espalda, hasta las pelotas de mentiras, subterfugios, envidias, deslealtades, vanidades, complejos, trastornos de la personalidad; hasta las pelotas.

Hasta las pelotas de gente sin vida que pretenden su patética existencia pisando al que creen por delante, hasta las pelotas del fuego amigo, del fuego canalla, del fuego cainista. De amistades truncadas, amistades egoístas, amistades rentabilizadas y, finalmente, amistades humilladas y desatendidas; hasta las pelotas.

Hasta las pelotas de proyectos en la papelera enterrados en  rivalidad, hasta las pelotas de ineficacia por “yo me pongo tú te quitas, yo me quedo a toda costa”, hasta las pelotas de los destructores en lugar de los constructores, hasta las pelotas del yo soy más listo que tú; hasta las pelotas.

Hasta las pelotas del desánimo en la lucha por tus ideales, la caballeresca de saber quien es tu rival, el porque estás en donde estas y quien está enfrente, en tu dignidad y honorabilidad en el enfrentamiento limpio y verdadero; hasta las pelotas

Paso a paso, poco a poco, llegará el día en el que me decida definitivamente a dejar de llamar a mucha gente, compañeros; por que algo sí he aprendido: que no lo son.