Espera a que el teclado esté frío, después ya le contarás tus secretos. Sí: así. Sujeto por la paciencia como sujetas al caballo por la crin. Sí. Así.
Cuando a tu lealtad se le enfrenta la objetividad, sujetas por la crin.
Cuando a tu comprensión le golpea la razón, sujetas por la crin.
Cuando a tu apoyo le exigen sumisión, sujetas por la crin.
Cuando tu ayuda se desilusiona por le rechazo, sujetas por la crin.
Y todo se va parando. Tu caballo, tu pulso, el paisaje, el viento. Todo
¡No!. Sueltas y metes tacón. Ya ha pasado. ¡Eres libre!. Todo queda atrás. Vuelves a cabalgar